Hipertexto y la simbiosis con su entorno:

 

    El primero en utilizar la expresión hipertexto como tal, fue Theodor H. Nelson, en los años sesenta, y ya se refería en ese entonces a una tecnología informática radicalmente nueva que por lo tanto requería una modalidad distinta de edición. En sus propias palabras: "con hipertexto me refiero a una escirtura no secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que le sea mejor en una pantalla interactiva. De acuerdo con la noción popular, se trata de una serie de bloques de texto conectados entre sí por nexos, que forman diferentes itinerarios para el usuario". (1)

Imaginemos la maravilla que esto significa para la enseñanza activa y para el favorecimiento del pensamiento no lineal.

    Esos bloques de textos conectados entre sí como los llama Nelson, Barthes los denomina lexias y se encuentran unidos entre sí por nexos virtuales, ya sea a otros fragmentos de texto o bien a bloques de información visual, sonora, de animación y de otras formas informáticas a las que nos posibilita el recurso de hipermedia.

    De esta forma en un hipertexto, no sólo tenemos acceso no lineal a pedazos de texto, sino a una diversidad riquísima de estímulos materializados en imágenes – ya sea fijas o en movimiento – en sonidos, en animaciones o en cualquier otra forma de manifestación informática que hoy en día es posible gracias al recurso de la hipermedia.

    Fijémonos entonces en esta maravilla: así como el texto ahora trasciende las fronteras de los libros y los cuadernos de textos, los medios de comunicación y la informática se "derraman" sobre otros ámbitos del conocimiento humano conformando una simbiosis cada vez más enriquecedora. El hipertexto es clara muestra de ello, es un medio informático que relaciona información verbal con información no verbal para brindarnos la oportunidad de disfrutar de ambas al mismo tiempo.

    Es como un humano en pleno proceso de asociación trayendo y relacionando información de todos lados para construir un nuevo conocimiento, para hacer su "constructor" para asumir las riendas de su metacognición creando cosas nuevas a partir de que asumió su logro de aprendizaje anterior y de que utiliza todos los datos almacenados en su disco duro para crear cosas nuevas y más completas, hechas de una autocompilación de información ecléctica.

"Los nexos electrónicos unen lexias tanto externas a una obra, por ejemplo, un comentario de ésta por otro autor, o textos paralelos o comparativos. Si bien los hábitos de lectura convencionales siguen siendo válidos dentro de cada lexia, una vez que se dejan atrás los oscuros límites de cualquier unidad de texto, entran en vigor nuevas reglas y experiencias". (1)

    Llevamos mucho tiempo enfrentándonos a estructuras hipertextuales que contienen vinculos externos a ese texto principal que estamos revisando. Baste con recordar que al examinar cualquier artículo de fondo, o lectura académica, constantemente nos desviamos del texto principal para dirigir nuestra atención y nuestra mirada a las notas de pie de página, a la bibliografía, a las citas, a las referencias o bien a las notas aclaratorias del autor. De esta forma, complementamos la información necesaria y regresamos al texto principal con mayores referencias sobre lo que en ese momento estamos decodificando.

A su vez, esas mismas notas pueden contener información acerca de otras fuentes, influencias, y paralelismo con otros textos literarios.

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